sábado, 28 de agosto de 2010

IGNORANCIA UNIVERSAL

Si hace unos días os especificaba el poder de la percepción humana en términos generales (psicológicos)  es este el momento en el que se debe ir un paso más allá, en términos más específicos en cuanto a la percepción que de uno mismo se posee en relación a la observación del universo. Si bien es cierto que éste se configura de manera abstracta, como una idea de acotación difícil, la dimensionalidad o tamaño medible del mismo, es un concepto científico encuadrado en la teoría de la relatividad, haciendo  referencia, su tamaño,  al continuo espacio-tiempo en términos absolutos de consideraciones geométricas, en cuanto a la medición del tiempo. Sin embargo me desviaré de esta acepción para enfocarla en base a la percepción que el individuo posee de ese infinito y el poder que ejerce sobre nosotros.  Siempre he considerado vital conocer o indagar acerca de los límites del ser humano. Nosotros, animales racionalizados, egocéntricos y prepotentes nos complace elevar el escaso conocimiento que poseemos del universo en general y plasmarlo en celulosa encuadernada para que nuestros descendientes alaben ese pequeño saber que nosotros creemos absoluto.   

No nos detenemos a observar los límites que poseemos, la ignorancia que se extiende delante de nosotros y por ello cada pequeño avance, lo calificamos como un prodigio de la investigación. Pero estamos lejos de ser prodigiosos. Observemos el universo. Es una actividad que el individuo debería realizar más a menudo. Es cuando nos situamos bajo el oscuro y tranquilo manto llamado cielo, salpicado por pequeños guiños de luz, cuando caemos en la cuenta de la nimiedad del individuo. El descubrimiento individual de esta sensación es necesario y primordial, sin embargo pocos aprenden de esa situación y tras aprehender el momento, lo dejan caer ligeramente en el olvido de su existencia. Es el instante de observación pura del universo cuando divago acerca de la continua extensión y expansión  del mismo. Tal y como ya he especificado en el artículo anterior, es perturbador para el ser humano la no capacitación de acotación de la realidad. Con lo cual perturba el hecho de la expansión del universo. Teniendo en cuenta que se conforma de múltiples infinitos y que la teoría relativa a la expansión es compleja en sí misma, no podemos delimitar el concepto más allá que del ligero conocimiento que poseemos del mismo. Y es justo en ese instante, arropados por el abrigo universal cuando caemos en la cuenta de que no somos más que pequeños seres, frágiles e ignorantes con una soberbia engrandecida por la ignorancia.

1 comentario:

  1. Amén hermana.
    ¿sabes?, Iker siempre recomienda dedicar unos minutos al dia mirar hacia arriba.
    Pensar más allá.
    Al fin y al cabo, pertenecemos al universo, es justo preocuparse por él.

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